12-CUESTION DE SUERTE

Notaba el alcohol recorrer mi sangre.
Se había quedado estancado en mi frágil cabeza. Ahora era suave. Notaba mi balanceo estúpido. Mi vista borrosa. Pensaba si en realidad mis ojos también estarían borrosos.

- Me ven los ojos? - Reía por dentro - Joder que bueno, jajajaja, mis ojos tienen desenfoque gaussiano 2,3.
Cosas de diseñadores...alejaos de nosotros...

Me acompaño a la puerta de mis aposentos. Para mi era como que me hubiese acompañado a la puerta de mi casa...o la de un hotel...no podía entrar en la habitación sin mas...tampoco iba a darla una propina...esta claro que tenía que darla un bocao...pero la jodia se dio la vuelta tan rápido que no me dio tiempo.

Me metí en la habitación. Estuve mirando la luz un buen rato. Ahora entendía a los bichos porque iban a la luz. Me gusta cerrar los ojos y ver bolitas de colores.
Investigue la habitación cual ninja. Sin ruidos. Sin pruebas. No tocaba nada porque sabía que lo terminaría tirando al suelo.
Me senté en la cama. Me aburría y me levante. Me volví a sentar. Y levantar. Di un par de puñetazos al aire. Lo maltrate un par de veces y me volví a sentar.

- Que no joder, voy a follarmela y ya - No estaba en posición de discutir con mi cabeza. Ya estaba algo rayado de que un peluche me mirase mal.
Salí de la habitación sin hacer mucho ruido. El justo cuando no sabes que una puerta suena como una cacharra.
Me acerque a su habitación. Alce la mano y le di la forma perfecta de un puño.
LLamé suavemente mientras pronunciaba su nombre. Esta claro que se quiere hacer desear. Volví a intentarlo....otra vez mas...Un par mas...se estará vistiendo para la ocasión...llamé...y volví a llamar...bueno, seguramente se quedó dormida.

Media vuelta y me dirigí a la habitación. Lentito. Arrastrando los pies. Por si se la ocurría despertarse y abrir la puerta.
LLegué a mi puerta. Abrí. Cerré. Fui a la cama y metí en el armario el peluche que me miraba mal. Me senté en la cama. Si no me hubiese entretenido mirando la luz de la bombilla seguro que habría llegado a tiempo.
Me tumbé sobre la cama. Acomode mi cabeza. Me tapé con las sabanas. Miraba al techo.
- Pues la verdad es que menos mal, porque tengo un sueño que no me tengo de pie - Pensé

Orgullo o cuestión de suerte?