Coger una escalera de metal y subir hasta lo mas alto. Recuperar todos los pensamientos negativos, todo el estrés de tu día a día acumulados en los últimos años. Los momentos de decisiones erradas y cagas variadas que te han acompañado desde la infancia.
Girarse hasta dar la espalda al suelo. Mirar fijamente a lo alto, recoger todo el aire posible y expulsarlo suavemente.
A la cuarta calada saltar. Sin miedo, con decisión, sin pestañear, con la vista fija en las nubes.
Sentir el impacto antes de recibirlo. No sueltes el aire aun, aun no.
Disfrutar del dulce dolor recorriendo la espalda, quebrandote los huesos, la conciencia. Olvidando todo lo vivido. Solo esta en mente ese momento, esa satisfacción de pensar por un instante en ti mismo, y nada mas que en ti.
Y entonces expulsa el aire, justo cuando tu espalda choque con el frío suelo...y todos tus males saldrán despedidos.
Pero no aspires pronto o los volverás a recoger.
