22-SUEÑO

Hacia tiempo que no lo sentía.
Ese sueño agobiante que te obliga a hacer fuerza por mantener los ojos abiertos.
Ese sueño que te agobia de tal manera que los músculos se endurecen. Se agarrotan.
Te duele la cabeza. Ves borroso. Estas irascible. Te dan ganas de romper cosas. Quieres...pero no te apetece. Hablas que mascullas.
Ese sueño penoso que sabes que, en cuanto te tumbes, sucumbirás.

No se si alegrarme. Hace mucho que no lo sentía.
Pero me da asco tener sueño.
Y me duele la espalda.
Despojo.

21-AUTISMO

Me mordía las uñas mientras las voces despegaban de su boca. Se lanzaban locas cual Kamikaze a mi oído y salían por el otro. Vacío en mi cabeza...ya no tengo ni serrín.
Solo me quedaba balancearme con un ritmo inventado en mi psique que me diese un tinte de locura. Un va y ven sin forma aparente. Apenas inclinado hacia delante. Apenas inclinado hacia detrás. Y la vista atravesando la pared.

Ella seguía pronunciando ruidos que se mezclaban con una música inventada por los astroaristogatos que se alojan en mi cabeza. Sus ventanas son mis ojos. Creo que tiran la basura por mi boca...no se lo he preguntado aun.
No pagan alquiler pero compensa por el buen hacer musical que tienen. Talento innato pienso a menudo.
El tema es que el ruido ese se acoplaba a la perfección a la improvisación que se estaban marcando los felinos. Esta vez le sumaron toque electrónicos. Chapó!

El tono vocal de ella empezó a alzarse. Por desgracia estaba llegando a apagar la melodía con una voz estridente. Podía imaginarme como el bajista le pedía a los técnicos de sonido que bajasen ese canal. Por desgracia no estaba en sus manos.

Ella mas alto. Los gatos mas bajo. A mi la tele no me gusta. La pared no daba para mas. Y ademas ya no me quedaban uñas por morder.

Iba a ser una tarde larga. Y además me apetecía un Frigo Pie.

20-RITMO

Diseño en su mente un mecanismo. Un engranaje ligado pieza por pieza que componía un todo. Que componía a su vez una máxima. Así creo el tiempo. El orden natural que nos afecta a todos.
El mismo se vio inmerso en el problema del cambio estacional. A su vez absorto por los acontecimientos que correspondían al transcurso del tiempo. El nacimiento. La muerte.
Su maquina fue el bigbang de una serie de consecuencias que le infligían de igual forma alegría y tristeza. Ya no era seguro si deteniendo su maquina el tiempo dejaria de funcionar. El hecho de que un ser crezca ya es una forma de contar el tiempo. La salida y puesta del sol ya acontecían que los minutos transcurrían sin intención alguna de detenerse.

Pero unos pocos pueden desvirtuar el tiempo. Pueden alargar un segundo. Una milésima. Divisar la bala. Esquivar la palabra. Volver eterno el instante.

Yo simplemente rijo el compás que marcan mis zapatillas.

19-LABERINTOS DE PLAZA ORIENTE

Me siento un ser incompleto. Impuro. Insaciable. Inestable. Inmaduro. Incorpóreo.
Soy un circulo a trazo tembloroso aun sin cerrar. Las piernas débiles apenas soportan el peso sobre mi espalda que no se describir. No puedo palparlo pero ahí esta. Hundiendome hacia el centro de la tierra. Tengo poco que decir y mucho que contar.
Pienso que es el azúcar y que una CocaCola lo arreglará todo...pero tras dos horas sigo igual.

Mi ordenador encendido esta esperando una orden. La pantalla ilumina una habitación casi a oscuras. Es el centro de mi mundo. Repleto el disco duro de cine, series, comics, mangas...puedo conectarme a internet y descargar algo...da igual. No me apetece nada. Tengo tantas opciones que antes de dar bocado estoy saciado. Soy un anorexico del ocio.
No soy una persona infeliz. Es difícil de explicar con nuestra costumbre de ver el mundo en dos únicas posibilidades. Simplemente tampoco soy feliz.
Nadie tiene la culpa. Se que yo soy quien lo busca. Me autosugestiono o algo así. Yo lo encuentro.
A veces lloro solo. No espero que nadie lo vea y lo sienta. Que les llegue al corazón el sentimiento agridulce que transmito. No espero que me entendáis.
No me deis mis respuestas, por favor.

Y ahí sigo yo. Sentado. Mirando el monitor...el escritorio esta lleno de carpetas y accesos directos. Me entretengo haciendo cuadrados de lineas de puntos que vuelven a las carpetas azules si entran en su perímetro. Pienso que el fondo de pantalla es una mierda. No sé que música poner...eso es una mala señal. No me identifico con nada. Pienso en comprarme un Mac. Pienso que esa no es la salida. Es un punto a mi favor en esta batalla en la que me han educado para el consumismo.

Quiero caminar por calles desiertas en el centro de Madrid. No percibir vida humana. Que las raíces y los arboles adornen las aceras. Las enredaderas gruesas como puños abrazando los muros de los edificios. Que ramas frondosas salgan de los cristales rotos de Vips, Ginos y demás tiendas de la cadena Zara. Deambular por la Gran Vía. Respirar el aire que azota suave mi cara. Caliente. Ser observado por gatos y manadas de ciervos inmutables antes mi pacifica presencia. Coches oxidados aparcados en el olvido. Cruzar Plaza España hasta el Palacio Real. Detenerme en Plaza Oriente viendo como el sol se pone en una de las mejores vistas, cerca del Parque Sabatini. Las nubes esponjosas, como no.
Desenfundo mi ipod arañado de tantas caídas al suelo. Conecto con amor el mini Jack de los auriculares.
Esta escena merece una banda sonora...Jezebel.

Escucho tranquilo la melodía viendo el paisaje y, cuando el sol parece ahogarse en el horizonte, me doy media vuelta. Casi arrastrando los pies me dirijo a uno de los bancos blancos porosos que rodean la Plaza de Oriente. Elijo uno de los que están frente a la estatua del caballo. Me siento posando antes mis manos que acarician su textura. Noto el calor que desprenden. Desde años me fascina el calor de esa piedra. Subo mis piernas y las cruzo. Cierro los ojos. Me hago uno con lo que me rodea. Depuro mi ser mientras tigres blancos observan mi rezo a la nada. Calma. Aire. Calor. Así empieza una noche de verano.
El tiempo se acaba. La liebre señala su reloj impaciente. Comienza Roads y tras su primer llanto en forma de canción abro los ojos. Me incorporo. Estiro los músculos de mi cuerpo tensandolos y destensandolos. Noto puntitos chocar contra mi piel. Noto como se elimina la presión. Es una gran decisión. Curvo la espalda. Estilo los brazos. Hago sonar mi cuello. Me acerco a los laberínticos setos. Recién podados para la ocasión. Me pierdo en sus paredes verdes. Noto el roce de sus ramas. Estrechas avenidas. El olor de las hojas. Me introduzco dentro. Buscando el País de Nunca Jamas. Recordando aquellos años en los que me metía dentro y esperaba salir en un mundo dibujado con personajes extraños y llenos de color. Recuerdo que esperaba encontrar a mi amigo invisible. Recuerdo que esperaba no volver a salir en el mismo parque en el que entre. Recuerdo que siempre creí que ahí se escondía una puerta a otra dimensión. A otro mundo. Una puerta en el centro del tronco del árbol.
Esperaba encontrar esta vez esa puerta. Por muchos años que pasen.

18-L O S E R

Sudores recorren mi espalda y el aire me falta cuando el corazón apenas palpita o como mínimo amaga con poner fin a esta saga/
Vista nublada y el azúcar hasta las trancas con músculos tensos hasta decir basta que como tiren mas ten por claro que saltan/
Solo estoy tan arto de todo que me arto por ser mas bien incompleto que abstracto por mucho que piensen que solo son pinceladas/
Hecho vista al pasado y sin titubeos me enfado al reconocer que soy una colección de disgustos o una lluvia de desdichas/
Da igual lo que digan los pájaros azabache que coleccionan esmeraldas en nidos de paja y plata no os daré mi ofrenda para el barquero/
Sigo la dirección que marcan las hojas voladas en otoño y en primavera me pierdo dando vueltas por seguir la estela de los insectos/
Arrancare de cuajo los brazos balanceantes de todos los Nekos del mundo para que nadie se salve de correr mi misma suerte/
Tirare del hilo que hila mi piel hasta desaparecer y reconocer que tras la envoltura no se esconde nada y por conocerme juro que matare/

17-ANTIMATERIA

Minúsculo. Mas pequeño que microscópico. Del tamaño de un átomo. De la misma forma. Mismo aspecto. Distinto contenido. Antimateria.

Parece que no pero el mero roce con un opuesto desencadena una explosión sin precedentes.
Un viaje espacio-tiempo. Un dolor sin descripción. Un grito que supera el vacío. Da la vuelta y se convierte en color blanco-luz.

Un hecho sin nombre.
Tras la tormenta la calma en forma de arte. El desolador resultado de la destrucción.


... Y entonces abro los ojos ...

16-MONTRUOS

Olor a sal y arena en la boca.
Una medusa palpitante en frente de mis ojos. Salto despavorido y me incorporo.
Una vista rápida me muestra una playa repleta de bolsas venenosas. Me dan asco.
La arena se cuela entre mis dedos desnudos. No disfruto el momento.
Camino esquivando la plaga de muerte que sirve de alfombra bajo mis pies y me cruzo con una ballena. Tumbada.
Sangrante. Su boca se mueve. Sus ojos al vacío.

El cielo repleto de cuervos, palomas, gaviotas, buitres y demás calaña cubre el sol.
Son nubes negras. Nubes que no traen consigo lluvias.
Agobiado con mi propia existencia. Miro al suelo atento de no pisar medusas y al cielo de no ser presa de esas bestias.
Huyo a tras pies. Esquivando las minas venenosas.

Pronto dejan de ser protagonistas de mis locura. Miré a tras y algo copó toda mi atención.
Algo enorme, lejano, entre nieblas avanza a paso firme.
Me detengo. No respiro. Quisiera silenciar mi corazón para que no me escuche. Esos puntos rojos están fijos en mi.
Se que es absurdo huir. Miro a tras y todo es playa...todo es una puta playa.

Fuego de sus cabezas. Humo. Cuernos.
Nada de lo que veo trae buenos presagios.
Contruyo una muralla enorme de arena. Tan alta como un edificio.
Noto cada uno de los pasos que dan...cada vez mas próximos a mi. El suelo tiembla. La arena de lo mas alto se tambalea y se precipita sobre mis hombros.
Les escucho respirar. Les huelo.

Un pie enorme acompañado de una enorme pierna destruye mi muro sin inmutarse.
Salto al suelo tras la sacudida y me giro para contemplar esas siluetas casi infinitas.
Una mano enorme se precipita hacia mi. Tras los enormes dedos dos luces rojas atraviesan mi ser.
No hay escapatoria. Solo ser inmerso en en esas fauces bastas de olor fétido...
y pensar en los adentros porque no se lavara la boca. Ní que fuese algo importante.
Hasta el final no pude respetarme.
Una pena, no?
Si...otra vez será...
Otra vez será...

15-SUMUN

Creo que, si algún día llego al sumun de mi mismo, uno de los puntos a lograr será que realmente no me importe nada de lo que piensen los demás.
Ser tan etéreo que me traspase. Ser tan solido que ni me inmute.

Pero con cierto toque. Nada extremista.
Un paso de mas y te vuelves un ser frío. Incapaz de entender los sentimientos ajenos.


Uno nunca puede relajarse consigo mismo.
Si crees que has llegado a la perfección estas equivocado. Si aún no lo crees tienes que seguir trabajando en ello. Un movimiento en falso y habrás creado un monstruo.

14-EL PRECIO

Llegaba tarde.
El vuelo no iba a esperar por el. Es lo que tiene este mundo donde hay tanta gente que todo se vuelve impersonal. Donde todos vamos pillados de hora. Donde, si no despega a su hora, no aterrizara a su hora y otros perderán su próximo vuelo.

Daba igual la excusa. No importaba que el protagonista de esta historia se entretuviese en la comida con su hijo porque este se clavo un cuchillo. Tampoco que el cordón se rompiese. Que se olvidase la maleta y se diese cuenta en el portal. Y explicar de nuevo a su hijo que el viaje no era tan corto. Que tenia que volver a salir.
Daba igual que el siempre fuese puntual. Mas que puntual. La hora iba detrás suya. Siempre el primero en reuniones y eventos.
Daba igual porque el piloto no es conocedor de su fama. Siquiera lo tiene agregado en el Facebook. Imposible que le espere.

La cabeza ardia. El oxigeno era inflamable en sus pulmones. Le dolía en cada aspiración. Sus ojos vidriosos. Sudada la frente. Piernas blandas soportaban su peso. Para colmo nunca fue buen atleta. Ademas hoy no tenia coche porque su mujer se hallaba en un atasco. No creo que le importe al piloto.

En esos momentos queremos ser Truman en su puto Show. Que las miradas se fijen en nosotros y nuestro esfuerzo. Que el publico envíe sms "salvarSI" al 5555 porque me lo merezco. Que se pongan los semáforos en verde como mareas para Moisés. Llegar al metro y que cambie el plató y aparecer en el aeropuerto. Victorioso cruzar la maquina de metal que no reconocerá ninguno de los metales que tenga en su cuerpo. Nada de retenciones. No le importa correr hasta el metro y tomar aire en el vagón pero que el avión no le deje en tierra.

Esquiva haciendo zigzag entre la muchedumbre. Normalmente la calle esta mas vacía pero hoy pondrá a juego todos sus reflejos. Al máximo sus músculos acelerando y frenando. Colandose entre la gente. Envidioso de su hijo y su felino movimiento al jugar al baloncesto. A 45 metros su meta. El metro. Un descanso para su dolorido cuerpo. Ataja entre dos coches y de la nada un destello azul y un imperioso ruido que se hace dueño del instante. Solo queda silencio y expectación.

Desde el autobús veo la escena. Apoyado sobre mi mano. Mi codo apoyado al cristal. Mi vista de reojo mientras los viajeros se acoplan al mismo lado del autobús. Deseosos de ver la sangre correr en la acera y contarles a sus amigos el desastre que vieron y que, de seguro, les provocaría pesadillas y visitas al psicólogo durante unos años.
Pero no. La tecnología de frenado en la que invirtió 2.000€ de mas el conductor salvo al frenético hombre. Sus manos sobre el capo del coche. Mirando fijamente al conductor. Podia ver que el era la muerte disfrazada de joven con un coche tuneado. Pero se arrepintió de su vida en el ultimo momento.

Sus ansias de llegar al vuelo tocaron fin. La adrenalina se acabo y como si fuese el fin del chute de cocaína se cayo rendido al suelo. De rodillas. Llorando.
Cuanto valía la vida de ese hombre? 300€ de viaje en clase turista? Una reunión importante? Evitar una discusión con su jefe? Cuanto tendría que pagar para vivir un año mas?
Esta claro que ya tendrá tiempo de pensar en ello. En algún momento de su vida recordara ese instante y estaría deseoso de haber sido arroyado. Pero en este momento no. En este momento su vida valía mas que los motivos que le hicieron cruzar sin mirar.

Dio media vuelta.
Ahora le tocaba explicar a su hijo que su viaje ya había terminado. Mas rápido que nunca. Termina los deberes que hoy salimos al cine.