21-AUTISMO

Me mordía las uñas mientras las voces despegaban de su boca. Se lanzaban locas cual Kamikaze a mi oído y salían por el otro. Vacío en mi cabeza...ya no tengo ni serrín.
Solo me quedaba balancearme con un ritmo inventado en mi psique que me diese un tinte de locura. Un va y ven sin forma aparente. Apenas inclinado hacia delante. Apenas inclinado hacia detrás. Y la vista atravesando la pared.

Ella seguía pronunciando ruidos que se mezclaban con una música inventada por los astroaristogatos que se alojan en mi cabeza. Sus ventanas son mis ojos. Creo que tiran la basura por mi boca...no se lo he preguntado aun.
No pagan alquiler pero compensa por el buen hacer musical que tienen. Talento innato pienso a menudo.
El tema es que el ruido ese se acoplaba a la perfección a la improvisación que se estaban marcando los felinos. Esta vez le sumaron toque electrónicos. Chapó!

El tono vocal de ella empezó a alzarse. Por desgracia estaba llegando a apagar la melodía con una voz estridente. Podía imaginarme como el bajista le pedía a los técnicos de sonido que bajasen ese canal. Por desgracia no estaba en sus manos.

Ella mas alto. Los gatos mas bajo. A mi la tele no me gusta. La pared no daba para mas. Y ademas ya no me quedaban uñas por morder.

Iba a ser una tarde larga. Y además me apetecía un Frigo Pie.